martes, 17 de abril de 2012

Nacionalismo+Política+Dinero = Nacionalización.

Puede que no haya dos presidentes democráticos tan dispares como Cristina Fernández de Kirchner y Mariano Rajoy. A una le encanta la imagen y los medios de comunicación mientras que el otro les huye (literalmente), a Cris le va el populismo mientras que por la medidas antisociales de Mariano ni decir queda que no es muy amante de esta moda, en lo ideológico están en las antípodas y en lo personal (aunque no les conozco) tengo la sensación que no tendrían mucha conversación, pero hay algo que sí les une y confronta a la vez y es el sentimiento nacional.

Rajoy se ha propuesto para esta legislatura crear un "sentimiento nacional". Este intento de aunar nacionalismo cultural y político es algo que quiso realizar Aznar y lo que consiguió fue potenciar los nacionalismos regionales.

Ayer ya vimos el primer intento de generar ese nacionalismo ya que en palabras del Ministro de Industria la actuación de Argentina de ayer "se trata de una decisión hostil contra Repsol y, por tanto, contra España y contra el Gobierno español"

 

 Por lo tanto, esta expropiación le ha venido de perlas al ejecutivo para potenciar ese anhelado nacionalismo español, aunque es demasiado pronto, Rajoy hubiera preferido que esto fuera un poco más tarde, cuando hubiera una recuperación económica (si es que la hay).

Ahora nos vamos al lado Argentino. Tenemos a una presidenta que encarna a la perfección todo el dicho de "donde dije digo, digo Diego".  Tiene al país con un IPC interanual del 9.81%, es el país con más denuncias ante el tribunal de arbitraje y tiene ya 20 sanciones. Ante este panorama de inseguridad jurídica ninguna empresa querrá invertir allí y lo más que probable es que haya un endurecimiento arancelario de Europa y Estados Unidos, algo que puede ser duro para una economía tan dependiente de las exportaciones. Esta es la presidenta que hace un año felicitaba a YPF por aumentar la producción de petróleo y gas y que cuando era diputada defendió su privatización aunque lo realmente delirante de todo esto son las palabras de Cris, donde en un intento de mezclar sentimentalismo y populismo con una pizca de ardor nacionalista, llega a afirmar que "Néstor hubiera estado de acuerdo con la decisión", algo que me hubiera emocionado si no fuera porque como dijo Carlos Menem  "Este presidente y su mujer fueron los más entusiastas en privatizar YPF. Nos ayudaron a impulsar la privatización". Y para muestra un botón:

En definitiva, con el espectáculo vivido en las últimas horas me queda claro que por un lado vemos como el Gobierno argentino nacionaliza la empresa al ver que los nuevos yacimientos pueden ser muy rentables y para que sea bien digerido por la ciudadanía apela al sentimiento nacionalista. Por otro lado está el Gobierno español que necesita de un frente común para así apelar a la conciencia nacional e ir generando ese nacionalismo político español y ya de paso le pega un costillazo a Cristina F. Kirchner amenazandole con el asunto de las Malvinas. Y por último estamos en medio los ciudadanos argentinos y españoles, donde aquellos tendrán que sufrir las consecuencias de las políticas populistas y nosotros seguiremos pagando la gasolina a precio de oro. 

¡Que Dios nos pille confesaos!

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