sábado, 2 de junio de 2012

Vaya semanita.

Esta última semana de mayo ha sido convulsa y para muchos (en los que me incluyo) muy preocupante. No voy a entrar en la idoneidad de la salida de España del Euro ni en la ineficiente gestión de la crisis que ha hecho Europa desde que comenzara en 2007, sino que quisiera poner en la picota lo que ha sucedido

Empecemos por Bankia. Al señor Rubalcaba le encanta engañar, eso ya lo sabíamos todos, pero lo de hace unos días ya no sé si fue por desconocimiento (algo normal en un partido donde se explican las pensiones en dos tardes) o para confundir. En su intervención dio a entender que la deuda de Bankia era de 23.000 millones de Euros y no es así (es más, en teoría Bankia no tiene deuda, la tiene BFA), pero ¿de donde salen esos 23.000 millones?, es sencillo, 3.000 de la deuda de BFA y 20.000 que harían falta de aprovisionamiento a raíz de la reforma financiera de hace dos semanas.

Ahora le toca al Gobierno. Desde Europa le exigieron al Gobierno español una reforma financiera en condiciones donde las deudas del ladrillo las pagara la banca y es por eso por lo que aprobó una reforma donde las provisiones que el banco debe poner pasaría del 7% al 30% (en caso de activos no problemáticos) por lo tanto ¿cual es la consecuencia directa de esta reforma? necesidad de liquidez de las entidades para aprovisionar los cerca de 307.000 millones de Euros que tienen en ladrillo. A la UE le pareció genial la reforma pero unos días después ésta provoca que se sacara capital del país, desplome de la bolsa y la negativa a prestarse dinero entre los bancos. Ahora parece que no gusta la reforma que hace unos días gustaba tanto y ante la necesidad de un "rescate" de la banca, el BCE mira para otro lado cuando ha sido este organismo, junto con la UE, los que han provocado esta situación. No contentos con eso aún culpan a España de una situación que han provocado ellos, presionando tanto al ejecutivo de Zapatero como de Rajoy, para que aprobaran medidas que no convencen a nadie (ni a políticos, ni a economistas y ni por supuesto a ciudadanos) tan solo a Merkel y a Draghi.

Solución, salirnos del Euro, recuperar las políticas fiscales para facilitar competitividad (tipos de interés y devaluación de la moneda) y crear nuevas alianzas dentro y fuera de Europa. 

Por último me gustaría que se hicieran propuestas para llamar a la moneda nueva que va a llegar. A mí nunca me gustó el nombre de pesetas, así que propongo que a la nueva moneda la llamemos Merkelitos.

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