viernes, 21 de diciembre de 2012

2012, no se acaba el mundo, pero casi.

Por fin se va a acabar el 2012, este ha sido un año horrible. Paro, huelgas, Artur Mas, Primas de Riesgo, corrupción, Mourinho y mucho más.

No voy a hablar de lo malos y cutres que son nuestros gobernantes ni de lo pesimamente que lo están haciendo. No voy a hablar de lo malo que es este gobierno, ni de lo auténticamente cínica que es la oposición. Ni tan siquiera voy a hablar de unos sindicatos que se han convertido en el perro de presa de determinados partidos. No, no voy a hablar de eso, sino de algo que me preocupa muchos más. Quiero hablar de las consecuencias de eso.

Quiero hablar de esas personas que están sufriendo lo peor de la crisis. En un país donde la banca recibe 58.000 millones de Euros, se calcula que desde que comenzara la crisis unas 250.000 familias han perdido su hogar, no se sabe la cifra exacta porque no interesa, eso sí, sabremos a la perfección quienes son los líderes más valorados. Quiero recordar a esas personas sin hogar que se han quedado en la calle por estar en paro y no poder pagar esas hipotecas y que son desahuciados por esos mismos bancos que reciben ayudas. Ayudas que irónicamente pagarán con sus impuestos esos mismos desahuciados.

También quiero recordar a todos los que tienen que huir del país para poder trabajar y que debería de ser considerados refugiados políticos. En muchos casos han adquirido unos conocimientos con el esfuerzo de sus familias y los impuestos pagados por todos para que el día de mañana pudieran desempeñar una labor de mejora social para España y lejos de eso tienen que emigrar y desarrollar esos conocimientos en otros países, que se aprovecharán para la mejora del país de destino.

Por último hacer un homenaje a los niños no nacidos por culpa de un sistema que no permite que seas padre a nos ser que seas rico. Esto es lo más preocupante de todo ya que esos no natos deberían de ser el sustento de unas pensiones que deberán de dejar de existir, deberían de ser los que pagan impuestos de una sanidad que acabará siendo totalmente privatizada, en definitiva, deberían de haber sido el pilar de un país que se desintegrará como sigamos por este camino.

Para acabar, quisiera recordar, a los pocos que lean estas líneas, que los necesitados no lo son solo durante estas fechas sino también durante todo el año, fechas en las que nadie se acordará de ellos.

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