jueves, 29 de diciembre de 2011

Y todo seguirá igual.

Aunque es cierto que solo ha pasado una semana desde que el nuevo ejecutivo está trabajando, es verdad que se pueden sacar algunas diferencias con el anterior.
  1.  Nos hemos de ir desacostumbrando a las noticias estrella, a grandes titulares de prensa y a la manía que tienen los políticos a salir constantemente en prensa (eso no tiene ideología). A Rajoy no le gusta para nada el protagonismo y su relación con los medios de comunicación no es nada buena.
  2. El peso de la economía va a recaer en la presidencia de gobierno. Si bien hasta ahora la materia económica era una asignatura que disgustaba a Zapatero, para Rajoy es una asignatura pendiente y veremos un Ministro de Hacienda que tome más decisiones económicas que el Ministro de Economía, un presidente del gobierno que dirija la economía española mediante la oficina económica de Moncloa y a un amplio número de ministros más preocupados en que las cuentas salgan.
  3. Nada de tensión. Hasta ahora la agitación estaba a la orden del día, es verdad que le conviene electoralmente al PSOE ya que así mantiene unido a su base electoral, pero tremendamente agotador para los que seguimos la actualidad política. El PP parece que ha dado con la clave al adormecer a la sociedad, le proporciona tranquilidad y votos.
En lo que sí que coinciden los dos, es en el desarme del supuesto Estado de Bienestar español para afrontar la crisis, el rechazo a una profunda reforma de la ley electoral, la negativa a la eliminación o modificación competencial del Senado, la negación a una mayor participación ciudadana, etc...

En definitiva, no se si saldremos de esta crisis gracias al Gobierno "Marianista" pero lo que sí que estoy completamente seguro es que van a ser 4 años tremendamente aburridos.

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